domingo, 26 de octubre de 2008

Que hoy mi hij@ no haga Gimnasia


Hace ya algunos años que me dedico a esto de la enseñanza y creo que puedo decir con conocimiento de causa que entre el maestro tutor y el especialista, en concreto de E.F, hay bastantes diferencias en lo que respecta a la relación con los padres. Valga un ejemplo.

Nunca he visto una nota en la agenda del alumno/a que diga: Mi hijo/a ha pasado mala noche, está constipado/a, etc. y no quiero que hoy de clase de Matemáticas. Sin embargo, es bastante común encontrarse que al pasar lista en clase, algún alumno/a venga con una nota de los padres en la que se lea: ...que hoy no haga gimnasia porque...

Dejando a un lado lo de gimnasia (¡mira que no hay manera de evitarlo!), este tipo de notitas reflejan el valor que se le da a nuestra asignatura por parte de la mayoría de las familias: mínimo.

Tras recibir la orden paterna, pues no es otra cosa que una orden, no te queda otra opción que obedecer y asumir que de buenas a primeras te has quedado sin capacidad de decisión. Quizá sin mala intención, los padres acaban de pasar por encima de ti como si no existieras o fueras un mero "au-pair" de sus hijos/as.

Hace unos días tuve la oportunidad de charlar con una mamá que vino a mi encuentro para explicarme porque no había querido que su hija hiciera clase durante la semana. Me pareció estupendo que la mamá quisiera aclararme la situación y aproveché para comentarle que este tipo de notas nos pone en un aprieto a los maestros ya que no nos dejan opciones de actuación. Después de unos minutos acordamos que la próxima vez que ella entendiera conveniente que su hija no realizara esfuerzos, simplemente me lo haría saber explicándome que tipo de situación la había llevado a tomar esa decisión, o sea, que se limitaría a hacer una exposición de los motivos dejándome a mi la decisión final. De esta manera, sería yo quien decidiría si la niña puede participar en la clase con normalidad o exceptuando algunas actividades o en última instancia, sin participación activa alguna.

A la semana siguiente, recibí otra nota, completamente distinta en la que textualmente decía "...que participe según tu veas..." a la que yo contesté con otra agradeciéndole su comprensión.

Que fáciles pueden ser las cosas cuando todos ponemos un poquito de nuestra parte y tenemos unos minutos para hablar entre nosotros y ponernos en el lugar del otro.

1 comentario:

Marga Roura dijo...

Recuerdo hace años a una madre quejándose al entrenador de fútbol de su hijo de que este llegaba lleno de barro a casa y de que hiciera algo para que no se manchara tanto. Me encanto su respuesta. Esta fue: “Apunte a su niño a ajedrez”