
Con esto de la gripe A, mi compañero y yo estuvimos pensando en mejorar el tema de la higiene en nuestras clases. En realidad fue la excusa perfecta para reforzar los contenidos y actitudes correctas relacionadas con el aseo personal. La primera idea que tuvimos fue la de mejorar nuestros vestuarios (actualmente son vestuarios-almacen de material- servicios del cole) pero eso era algo que no estaba en nuestras manos. La segunda idea fue la de cambiar la tradicional bolsita de aseo por la utilización de toallitas húmedas.Pensamos que sería más higiénico, evitaríamos frascos, peines, etc. así como problemas con cremalleras, olvidos, no saber de quien son, etc. Os comento como ha ido la cosa:
- Idea: Cada alumno/a trae su paquete y lo rotula con su nombre. Resultado: algunos no rotulan con permanente y se borra.
- Idea: Cada alumno gasta tres toallitas en cada sesión: manos, cara y axilas. Resultado: hay quien gasta una, hay quien cinco...
- Idea: El paquete se queda en clase. Resultado: también las gastan para plástica, el recreo...
- Idea: Con un paquete estándar tienen para dos meses. Resultado: la mayoría ha tenido que reponer antes.
- Idea: Se evitarían los golpes y lanzamientos con la bolsa. Resultado: ahora se dedican a utilizar el paquete como tambor y el crish-crish del constante toqueteo se hace irritante.
- Idea: Al terminar de asearse la tiran a la papelera. Resultado: la mayoría lo hace aunque es inevitable ver toallitas en el patio, en algún pasillo...
O sea, que aunque seguimos pensando que ha sido una buena idea, hemos constatado que no era tan perfecta y hemos tenido que re-ajustar algunas cosas. Aunque parece una tontería, esta situación es la prueba de que cualquier pequeña decisión que tomemos en nuestra metodología y/o organización de nuestras clases puede tener consecuencias inesperadas. Del día a día se aprende.