Veo en El País un
artículo de
César Molinas titulado
La educación de las élites españolas subtitulado
La transformación del deporte español en las últimas décadas, conseguida a partir de los Centros de Alto Rendimiento, debería tomarse como modelo para reformar nuestro deficiente sistema educativo. Me llama la atención y decido leerlo.
Al acabar, algo
mosqueado, me pregunto quién es el autor pues firma únicamente como ex-catedrático de enseñanzas medias y averiguo gracias a
Google que su curriculum es impresionante, sobre todo en el área de la Economía, con mayúsculas. Mi curiosidad me lleva a descubrir algunos artículos más del mismo autor en
Reggio's y en
NeG. Y saco en conclusión que, este hombre, sabe. De modo que decido releerlo con más atención.
Pero
sigo mosqueado. He aquí un resumen:
En la primera parte del artículo asevera que
los centros de excelencia se caracterizan por formar personas libres, nobles y esforzadas, valgan las redundancias. Educan y, para eso, enseñan y un poquito más adelante se pregunta si
puede el sistema educativo formar un número bastante de personas libres, insatisfechas consigo mismas y capaces de estirar de nuestra sociedad hacia el futuro.
En la segunda parte, centrada en el éxito de los deportistas de élite españoles gracias entre otras cosas a su formación en centros de alto rendimiento,
asegura que
la referencia de la élite ha propiciado una verdadera explosión participativa no solo en categorías competitivas juveniles e infantiles, sino también en el nivel popular y familiar (...) Este es el modelo que debería adoptar nuestro sistema educativo.
Ya en la tercera parte, tras recordarnos el
panorama desolador de la enseñanza en España, nos lanza su proposición:
La creación de un pequeño número de centros educativos de excelencia públicos en la enseñanza secundaria podría ser un factor decisivo para romper este círculo vicioso. Por tres razones. En primer lugar, porque supondría reproducir un sistema de formación de élites que funciona bien en los países avanzados de nuestro entorno. Sin élites nobles, heterodoxas e insatisfechas, España seguirá yendo en el vagón de cola del progreso.
Para terminar, concreta y aclara que
los centros de excelencia deben ser exclusivos, en el sentido de que solo deben admitir a los mejores, pero no deben ser excluyentes, en el sentido de que nadie debe quedarse fuera por motivos económicos. Como buen economista (supongo) ya al final, hace números y nos asegura que el coste anual de 20 centros de este tipo con 250 alumnos cada uno sería el equivalente a construir 4 kilométros de vía para el AVE.
Ahora, después de releerlo por tercera vez y verlo resumido en esta entrada,
el mosqueo continua.He aquí mis dudas:
- En los IES actuales ¿es inviable la formación de personas nobles, heterodoxas e insatisfechas?
- El profesorado de esos centros de excelencia ¿de dónde saldría?, es decir, ¿valdrían los docentes actuales o no?
- Para el acceso del alumnado ¿contará una nota, inexistente ahora, al final de la primaria? ¿o pruebas particulares para cada centro? ¿un selectivo a los 12 años?
- Dado que prima la excelencia, ¿habría que crear un centro de excelencia para las artes?¿otro para las ciencias?
- Y después de la secundaria...¿universidades de excelencia? ¿públicas también?
- Ya que propone solamente 20 centros repartidos por la geografía española ¿serían internados?
- En lo que se refiere a la escuela primaria deduzco que, al no ser excelentes ¿somos incapaces de formar personas libres, nobles y esforzadas?
Bueno, no quiero extenderme más, lo dejo ahí. Si alguien puede liberarme de este
mosqueo, incluido César, estaré agradecido.