Tenemos en casa la peli de Kung FuPanda. La hemos visto tres veces en dos días. Enterita (los que tengáis niños me entenderéis). Después de ir al cine la semana pasada a ver Kung Fu Panda 2 nos entraron ganas de recuperar la primera parte. A estas alturas supongo que todo el mundo conoce la historia así que no entraré en descripciones cinematográficas.
Sin embargo, y barriendo para casa como maestro de educación física, os diré que me quedé con algunos detalles que se resumen en uno: cada uno tenemos unas cualidades que nos hacen únicos y que podemos (y debemos) desarrollar para conseguir sentirnos orgullosos de nosotros mismos, ni mejores ni peores que nadie.
- No eres más que un panda gordinflón – dice el terrible tigre Tai Lung.
- No, soy El Panda Gordinflón – replica Po, el panda protagonista.
Pues sí, un panda gordinflón que se cree capaz de vencer (y lo consigue) al malo de la película. Para ayudarle están sus amigos, cada uno con su peculiaridad, con sus diferencias, con sus limitaciones y potencialidades: la forzuda Mantis, el ágil Mono, la precisa Víbora, la justiciera Grulla y la dura Tigresa.
Extrapolando al mundo escolar de nuestras clases de Educación Física seguro que nos vienen a la mente algunos/as de nuestros/as alumnos/as que podrían asumir roles parecidos: Pedro el corredor, María la bailarina, Neus la tenista, Pablo el incansable, Carmen la capitana, etc. Pero también, seamos sinceros, nos acordamos de Jose el gordito, Pilar la lenta, Azucena la descoordinada, Julian el broncas, etc. Cada uno/a con sus cosas que ofrecer y con sus cosas que mejorar.
Y ahí entra el maestro. Nosotros y en nuestro nombre, Shifu, que se encuentra ante el problema de cómo hacer de Po el esperado Guerrero del Dragón. Al ver al panda encaramado a la alacena de la cocina comiendo galletas en posición acrobática se da cuenta de que precisamente su glotonería, una debilidad en principio, puede ser utilizada como motivación para su entrenamiento. Ya se cómo llegar a tu interior, llega a decirle.
Qué bueno sería que nosotros en la escuela tuviéramos la oportunidad de encontrar el camino al interior de nuestros/as alumnos/as y ayudarles a ser lo mejores que puedan llegar a ser.
p.d: por cierto, mañana domingo en Clan reponen Kárate Kid,ya sabéis, dar cera...
1 comentario:
Muy buena analogía...siempre recordaré que cuando acabé la carrera empecé a entrenar a un equipo de fútbol sala en el que se juntanan los "sobrantes" del equipo de futbol de mi pueblo: gorditos, desanimados y broncas. Era un equipo de las Escuelas Deportivas Municipales y la filosofía era difetente a la de Clubs privados: formar a todo el mundo, todo el mundo juega. Ese equipo Alevín de primer año siguió unido hasta Juveniles y entre otras cosas y aunque no era el objetivo quedó Campeón Provincial, Campeón de Copa y siempre ente los primeros de su Liga. Ni yo que era maestro no entrenador, y simplemente daba "clases de educación física" y no entrenamientos específicos de fútbol sala; ni los padres ni mis "jefes" les exigimos nunca nada más lejos de disfrutar. Todo lo demás vino sólo. Lo mejor: ahora todos son amigos, o estudian o trabajan, y todos siguen practicando algún deporte. Lo mrjor para mi: el cariño con el que me saludan, me hablan, me enseñan a sus bebés recién nacidos... Educar=Formar=Ayudar=Comprender=escuchar...
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