miércoles, 24 de agosto de 2011
La escuela en septiembre
...en Somalia, imagino al maestro de escuela con pupitres vacios. Imagino que estaría agradecido de tener ante sí, cada día, a ese porcentaje de alumnado con obesidad infantil que nos corresponde a cada colegio. Me parece ingrato quejarme, pero esto no es Somalia.
...en Haití, imagino al maestro de escuela sin escuela. Imagino que se daría con un canto en los dientes si contara con las aulas prefabricadas que contaminan los patios y jardines de nuestros colegios. Me duele quejarme, pero esto no es Haití.
...en Líbia, imagino al maestro de escuela entre la violencia callejera de la guerra civil. Imagino que la cambiaría sin pestañear por los bullying a alumnos y/o profesores con los que hemos de lidiar aquí. Me cuesta quejarme, pero esto no es Líbia.
...en Rumania, imagino al maestro de escuela cobrando 300 euros al mes. Lo imagino firmando por el sueldo con recortes del 5% de nuestra nómina. No quisiera quejarme, pero esto no es Rumanía.
En septiembre me imagino volviendo a las carencias de la escuela pública con mi depósito de energía positiva vacacional esperando que no me marque la reserva antes de Navidad. Aunque siempre puedo pedir más a los Reyes Magos que por aquí, si pasan o ¿ya no?.
Lo cierto es que siento tan propia la situación de precariedad de la educación pública en los países mencionados como en el mío y se me abren las carnes de ver que, lejos de que los de allí, se vayan acercando a los de aquí (si es que es humano hacer tal distinción), la cosa va siendo al revés. Animo para septiembre, a ellos y a nosotros.
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4 comentarios:
Estoy contigo compañero. Personalmente pienso que ante las dificultades siempre caben dos posturas: quejarse y utilizarlas como excusa para no cambiar nada o denunciarlas y utilizarlas como reto para seguir mejorando con creatividad. Que cada cual elija su posicionamiento... Yo soy de los segundos.
Un saludo
Gracias Inés por el comentario. Como complemento recomiendo leer a Domingo Mendez en http://domingomendez.blogspot.com/2011/08/otro-curso-que-empieza-y-no-es-curso.html
A Dios rogando y con el mazo dando.
Juan eres un maestro de maestros. Estas reflexiones son las que nos hacen grandes profesionales. Ánimo con el comienzo de curso.
Juan me han impresionado tus reflexiones.
Han empequeñecido nuestros problemillas de "andar por casa"...
Seremos peleones hasta conseguir que los cambios se extiendan, como mancha de aceite, a los sitios que más lo necesitan.
Un abrazo,
Rafa G.
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