Exámen y motivación

Lo que se ve: Esta semana estamos terminando la unidad de saltos. Entre mi compañero y yo, hemos preparado una pequeña ficha donde los/as alumnos/as anotan los resultados de su exámen. ¿Exámen en educación física? siiiii ¿escrito? noooo, ¡ah! vale. Despejadas las dudas sobre la evaluación, comenzamos los ejercicios de saltos: de longitud, de altura, de obstáculos... Los/as chavales/as que ya han realizado la tarea en cuestión, van rellenando la cuartilla mientras comentan sus resultados y nosotros, los maestros, nos ocupamos de llamar al siguiente de la fila para que se enfrente al reto. Como antes de bajar al patio hemos explicado la organización de la sesión, no ha habido mayores problemas para llevar a buen término el exámen. Un punto crítico era el tiempo de espera, que en caso de ser elevado, daba la oportunidad para que apareciera un "mal comportamiento". Lo solucionamos colocándolos/as por parejas. Uno/a salta, otro/a anota. También las tareas propuestas han sido breves y variadas; esto ha ayudado bastante.


Lo que no se ve: Al plantearnos hacer un exámen, lo que menos nos importaba a Jose Luis y a mi era el resultado del mismo. Queríamos que los/as alumnos/as tuvieran la oportunidad de, por unos minutos, concentrarse en una tarea que, aunque factible, suponía un reto. Esto les exigía focalizar la atención, sopesar sus posibilidades, decidir la mejor opción para la ejecución y finalmente reflexionar sobre el resultado. Definitivamente algunos/as de ellos/as sí han aprovechado esta ocasión; otros/as, los/as menos, tan solo "saltaban y apuntaban". Muchas veces, me pregunto que puede motivar a un niño/a a poner los cinco sentidos en algo y si yo soy capaz de darles ese puntito de motivación extra. Como dice Castro et. al: la motivación es aquello que inicia, mantiene y convierte en más o menos intensa, la actividad de los individuos para alcanzar una meta. Parece sencillo, pero para mi, todo un misterio.