miércoles, 18 de febrero de 2009

Instalaciones adecuadas ¿un sueño?

El pasar por más de una docena de colegios me ha hecho ver hasta que punto disponer de unas instalaciones y materiales adecuados repercute en la calidad del proceso educativo. Estoy seguro que cualquier maestro prefiere tener recursos materiales suficientes, variados y de calidad a no tenerlos. La discusión sobre la necesidad o no de los materiales es peregrina. Está claro también que disponer de ellos no asegura ni por casualidad que las sesiones que planteemos a nuestros alumnos vayan a desarrollarse perfectamente y que este hecho les hará aprender como por arte de magia, pero son un elemento a favor de considerable peso.

En la mayoría de centros de nueva construcción ¿se ha tenido en cuenta al área de educación física? Quiero decir que si al igual que se han preparado los espacios para un aula de idiomas, otra de desdoble o multiusos, un laboratorio, la biblioteca y aula de informática, me pregunto si también se ha pensado en un amplio almacén para el material de nuestra área, unos vestuarios o aseos adecuados y de fácil acceso, un gimnasio, una pista multiusos, etc. Por mi experiencia “inaugurando” escuelas, creo que sí; aunque todo es mejorable, sobre todo si al arquitecto o proyectista se le ocurriera preguntarnos a los maestros que la vamos a utilizar.



Sin embargo en los centros más antiguos la cosa se complica. Si ya de por si nacieron con limitaciones, la situación actual (y caben aquí los barracones prefabricados, la excesiva ratio, la re-organización interna de los espacios, el deterioro de las instalaciones, la escasa dotación, la falta de presupuesto para nuevas compras, etc.) hace que maestros y alumnos/as tengamos que armarnos de paciencia para poder disfrutar de nuestras clases: se hace difícil educar en la higiene cuando el propio aseo es el almacén; promover el cuidado de los materiales cuando están continuamente a la vista -y al tacto- de quién pase por allí; concienciar del respeto mutuo cuando en dos palmos de terreno conviven demasiados alumnos; etc. ¡Ah! ¿y si llueve? Lo del gimnasio o pabellón cubierto es ya una utopía; los más nos conformaríamos con un amplio hall con techo de uralita. Quedarse en clase trabajando de manera menos “motórica” mediante fichas, libros, juegos de interior e incluso utilizando el aula de informática o la biblioteca puede ser un recurso estupendo pero, no nos engañemos, no de manera recurrente.

Como me considero capaz de quejarme y proponer soluciones al mismo tiempo ahí van unas cuantas: re-dotar a los centros de nuevos materiales (¡al menos cada diez años!); reservar una partida presupuestaria del centro para nuestra área (teniendo en cuenta que los materiales son caros y necesitamos un buen número); solicitar al ayuntamiento que suele ser quien gestiona las instalaciones, mejoras en las mismas (desde repintar las líneas de la pista hasta construir algún espacio como almacén); recoger materiales que puedan venir a través de promociones de editoriales (recursos audiovisuales, cuadernos de trabajo, etc.); participar en promociones de instituciones (solicitando material para temas transversales: educación vial, para la salud, etc.); inscribirnos en actos deportivos o campañas de organizaciones que nos puedan facilitar nuevos recursos; utilizar cualquier dotación municipal que tengamos a mano (polideportivo, carril bici, senderos, etc.). En fin, imaginación al poder y ya sabéis: el que no llora...

4 comentarios:

José María dijo...

Tienes razón.
Las Comarcas en Aragón desarrollan "proyectos" municipales en zonas rurales cuya inversión es elevadísima y no nos preguntan para nada a los que estamos bregando en el mismo sitio hace años. Será algún arquitecto listo que lo sabe todo, todo.
Suelos perfectos que de repente los cubren con resina atómica que se suelta y patina con el agua.¿Para qué?, pregunto yo. "Es que si no se hace se pierde la subvención..."
Cubiertas que no cubren. Obras faraónicas que no son operativas. Mientras tanto, jodiéndome(contextualizando, perdón) de frío.
Es verdad. Quiero participar en esos proyectos. Por lo menos que se oiga si en mi cocina quiero vitro o gas. Un abrazo, compañero.

Vic dijo...

Pues sí. Estoy contigo.

elmaestrojuan dijo...

Parece que no soy el único descontento. Gracias a los dos.

Anónimo dijo...

Como tú bien sabes, Juan, siempre sostuve que la inversión en zonas rurales, SIEMPRE HA DE SER DEFICITARIA! y si no que se lo pregunten al amigo Antonio de Tuéjar. No podemos gestionar con criterios de productividad. Se trata (jamás lo entenderán) de una cuestión de SERVICIO, cueste éste lo que cueste!. Se ha de dar un servicio adecuado en las zonas rurales sea cual sea su Quorum. En fin, son palabras que escribimos en el agua...
Saludos
Àngel Ramírez